ZÚRICH (Reuters) - La FIFA acordó el viernes prohibir que terceros sean dueños de jugadores, anunció el presidente del ente rector del fútbol mundial, Joseph Blatter, siete años después de realizar su primera promesa para terminar con esta práctica.
El dirigente suizo dijo que se pondrá en marcha un grupo de trabajo para aplicar la prohibición, que entraría en vigor tras un "período de transición".
"Tomamos una firme decisión que prohíbe las TPO (que terceras partes sean dueñas del pase de futbolistas), pero esto no puede prohibirse de inmediato, habrá un período de transición", dijo Blatter en una conferencia de prensa tras la reunión del comité ejecutivo de la FIFA.
Su anuncio se produjo tras la presión del órgano rector del fútbol europeo, la UEFA, que había dicho que unilateralmente prohibiría este asunto si la FIFA no actuaba.
La propiedad de terceros se refiere a cuando los derechos de traspaso de los jugadores están total o parcialmente en propiedad del propio futbolista o de una empresa, en lugar de sólo un club.
Este es un tema generalizado en Brasil y Argentina, pero también está presente en algunos países europeos como Portugal.
El secretario general de la FIFA, Jerome Valcke, dijo que el grupo de trabajo decidirá por cuánto tiempo se extenderá el período de transición y enviará una propuesta en la próxima reunión del comité ejecutivo en diciembre.
"La prohibición no se puede implementar de inmediato y estamos discutiendo el número de ventanas de transferencia que tenemos que esperar para esta prohibición (entre en vigor)", explicó.
"Es una cuestión de si estamos hablando de seis ventanas de transferencia, es decir, tres años, o de ocho, es decir, cuatro años, esto es lo que vamos a discutir en este grupo de trabajo", añadió.
Blatter prometió en octubre de 2007 que la práctica sería prohibida, pero la FIFA no había podido cumplir esta propuesta.
El presidente de la UEFA, Michel Platini, ha sido uno de los críticos más abiertos de esta práctica.
"He estado constantemente advirtiendo durante años que esta práctica, que cada vez está más extendida, es un peligro para nuestro deporte", dijo en marzo el ex futbolista francés.
"Es una amenaza para la integridad de nuestras competencias, daña la imagen del fútbol, representa una amenaza a largo plazo para las finanzas de los clubes e incluso plantea dudas acerca de la dignidad humana", agregó.
"Cada vez más, los jugadores son propiedad de compañías opacas con base en paraísos fiscales y controladas por agentes desconocidos o fondos de inversión", advirtió.