FIFA.com - Cuando la euforia todavía embarga a Alemania por la consecución de su cuarto título mundial, el capitán Philipp Lahm ha dado una sorpresa mayúscula. El futbolista anunció que abandona la selección cinco días después de ganar la Copa Mundial de la FIFA Brasil 2014™. De este modo, uno de los mayores referentes de esta generación de oro dirigida por Joachim Loew abandona el barco y deja boquiabiertos a sus compatriotas.
"Es el momento ideal para mí", explica el jugador de 30 años, quien no dio ninguna pista sobre sus intenciones durante la fase final de Brasil. Afirma, además, que renuncia al combinado nacional "en total armonía". No obstante, Lahm maduró su decisión la temporada pasada: "Decidí que el Mundial de Brasil sería mi último torneo". Y así se lo hizo saber a Loew a la mañana siguiente de su triunfo por 1-0 contra Argentina en la prórroga de la final.
"Un modelo intachable"
La imprevisibilidad ha sido desde siempre una de las grandes cualidades futbolísticas de este lateral ofensivo de clase mundial. La velocidad y constancia de sus carreras infundieron el temor en todos sus rivales e hicieron vibrar a los seguidores de laMannschaft a lo largo de una década. Lahm, que seguirá a la caza de títulos con el Bayern, el club de su ciudad natal, ha protagonizado con su decisión una enorme sorpresa.
Hasta ahora, los medios de comunicación habían especulado sobre la continuidad de Loew al frente de la selección alemana, así como la de Miroslav Klose, delantero de 36 años y máximo goleador histórico en la Copa Mundial. Lo que nadie esperaba, sin embargo, era la renuncia del capitán.
"En estos diez años con la selección, no sólo ha demostrado ser un jugador excelente, sino también un modelo intachable. Le he dado las gracias por todo lo que ha hecho por el combinado nacional", señaló Wolfgang Niersbach, presidente de la Federación Alemana de Fútbol, quien se enteró de la noticia en una conversación telefónica que mantuvo con el propio Lahm en la mañana del viernes 18 de julio. "Enseguida comprendí que era inútil intentar convencerle de lo contrario".
Polivalente, valioso y admirado
La final de la Copa Mundial del domingo 13 de julio fue el 113º partido como internacional de Lahm. Solamente Lothar Matthaeus (150), Klose (137) y Lukas Podolski (116) suman más partidos que él con la Mannschaft. Además, en el legendario Maracaná se convirtió en el cuarto capitán alemán después de Fritz Walter (1954), Beckenbauer (1974) y Matthaeus (1990) en levantar al cielo la copa del mundo. Ahora él también es leyenda, y pone punto y final a su carrera internacional en el punto álgido. En cualquier caso, nadie alberga la más mínima duda de que Lahm podría haber seguido jugando al máximo nivel en los próximos años.
De hecho, Lahm fue uno de los hombres más destacados del conjunto de Loew en Brasil. Si bien empezó el torneo como mediocentro y pieza de unión entre la defensa y el ataque —una posición en la que ya actuó la temporada pasada en el Bayern de Pep Guardiola—, el capitán volvió a la banda derecha de la retaguardia después del ajustado triunfo por 2-1 contra Argelia en la prórroga de los octavos de final. Su amigo y compañero de equipo desde hace muchos años, Bastian Schweinsteiger, ya se había recuperado para entonces de sus problemas físicos y regresó al puesto que Lahm había cubierto.
Lahm explicó así su cambio de posición en una entrevista a Stern antes del duelo de cuartos de final contra Francia: "Para mí, lo importante es encontrar la mejor solución para todos. Y eso sólo se consigue si me comporto como un jugador disciplinado". El hecho de que se abriese un profundo debate en Alemania por su demarcación durante la cita brasileña no le "afectó lo más mínimo".
Símbolo del nuevo estilo alemán
Lahm debutó con la selección absoluta el 18 de febrero de 2004 con una victoria por 1-2 en Croacia y, a lo largo de todos estos años, firmó cinco dianas. En la retina de los hinchas alemanes quedará para siempre su espectacular gol en el partido inaugural de la Copa Mundial de la FIFA Alemania 2006™ contra Costa Rica. Con él desencadenó definitivamente la euforia en su país y escribió el primer capítulo de aquel cuento de verano.
Cuando se confirmó la baja por lesión de Michael Ballack para la Copa Mundial de la FIFA Sudáfrica 2010™, Loew decidió otorgarle el brazalete de capitán a este jugador incansable, de técnica excepcional y sobresaliente en el aspecto táctico. "Aplica a la perfección la labor y las instrucciones del entrenador", explicó Loew entonces. Gracias a su polivalencia y a su extraordinaria inteligencia para interpretar el juego, Lahm siempre será recordado por los seguidores alemanes como uno de los símbolos de la campeona del mundo de 2014. Y también, cómo no, porque su estilo encarna el triunfo colectivo de Alemania en Brasil.
"Estoy feliz y agradecido de que el broche a mi trayectoria en la selección alemana lo haya puesto la consecución del título mundialista en Brasil", escribió Lahm en una carta escrita por él y publicada en la página web de la Federación Alemana de Fútbol el viernes 18 de julio. En la misiva, el jugador también se dirigió a la afición: "¡Gracias de corazón por una etapa tan maravillosa!" Quizá el título conquistado en Brasil haya marcado el comienzo de una nueva era en el fútbol alemán. Ahora está por ver quién sigue los pasos de una de sus figuras históricas más destacadas.
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