Medellín, Colombia (Reuters). Miles de seguidores del Atlético Nacional de Colombia rindieron el miércoles un sentido homenaje póstumo a los jugadores del equipo Chapecoense de Brasil, a quienes deberían haber enfrentado en la final de la Copa Sudamericana.
Setenta y una personas, incluyendo jugadores, el técnico, directivos y periodistas, murieron cuando el avión que trasladaba al Chapecoense a Colombia se estrelló el lunes por la noche en una zona montañosa, en la peor tragedia aérea del país sudamericano en más de dos décadas y la más grave para el fútbol brasileño.
Sólo seis personas, incluyendo tres jugadores, sobrevivieron. Los asistentes con camisetas, flores, globos y luces blancas, liberaron 71 palomas en memoria de las víctimas fatales.
Aunque los hinchas de Nacional vieron frustrada su ilusión de conseguir una victoria sobre el equipo brasileño y de conquistar un nuevo título internacional, llegaron a la misma hora del inicio del partido y llenaron las graderías del estadio Atanasio Girardot y sus alrededores.
"La rivalidad pasó a un segundo plano, estamos con el pueblo de Chapecó, para que sientan todo el apoyo desde Medellín y toda Colombia porque hoy no conocemos colores, somos Chapecó", dijo un joven aficionado.
El técnico, los jugadores y los dirigentes de Nacional salieron a la cancha con flores en sus manos para despedir simbólicamente al Chapecoense.
Muchos de los más de 40.000 asistentes, incluidos seguidores de otros clubes colombianos, lloraron durante el minuto de silencio y los himnos interpretados por una banda militar.
"Estuvimos esperando un excelente partido, no son tan grandes como Nacional pero venían para dar todo. Esta noche somos hinchas de Chapecoense", dijo Lidia Álzate, una ama de casa de 41 años.
Helicópteros de la Fuerza Aérea Colombiana que participaron en las labores de rescate de las víctimas sobrevolaron el estadio durante la ceremonia.
"Oooooeeee, oooeeee, vamos Chape", cantaron los aficionados que extendieron en las tribunas pancartas que decían "el fútbol no tiene fronteras" y "todos somos chapecoenses".
"En este momento de gran tristeza las expresiones de solidaridad que aquí encontramos nos ofrecen un grado de consuelo inmenso, una luz en la oscuridad cuando intentamos comprender lo incompresible", dijo el ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, José Serra, con la voz quebrada por el llanto.
Serra aseguró que los dos equipos comparten en sus uniformes el blanco y el verde, colores símbolos de paz y de esperanza.
Los forenses identificaron a las primeras 45 personas de las 71 que murieron al estrellarse el avión con el Chapecoense, mientras que grabaciones revelaron que el piloto reportó emergencia por falta de combustible y pidió desesperadamente permiso para aterrizar.
El accidente desintegró al Chapecoense, un modesto equipo que ascendió meteóricamente desde la cuarta división a la serie A en el 2014 y logró llegar a una final continental, pero que no pudo jugar el que habría sido el partido más importante de su historia.