(Bloomberg) -- En solo cuatro años, Adidas AG, el fabricante alemán de artículos deportivos, se ha dado cuenta de que las "fábricas rápidas" altamente automatizadas en Alemania y EE.UU. no eran una gran idea y es mejor seguir produciendo zapatillas deportivas en Asia. Ahora bien, eso no significa que toda la idea de "repatriar" la producción cerca de los clientes esté equivocada.
La primera fábrica rápida, un proyecto conjunto con la especialista en plásticos Oechsler AG, fue establecida en la pequeña ciudad bávara de Ansbach en 2015. Debía usar impresión 3D y robótica, sin trabajo manual, para recortar el tiempo de entrega a los consumidores europeos. El año pasado, se abrió la segunda en Atlanta. La lógica de la compañía era clara: produce aproximadamente 90% de sus zapatos en Asia, pero menos de un tercio de sus ventas se origina allí.
Ahora, ambas fábricas cerrarán en abril de 2020, y el equipo irá a dos proveedores de Adidas en China y Vietnam, "donde se encuentran el conocimiento y los proveedores", de acuerdo con un representante de la compañía. Se infiere que no valía la pena hacer excepciones en los esquemas logísticos probados y comprobados de la compañía por las líneas de producción innovadoras. De hecho, Adidas fabrica 400 millones de pares de zapatos al año, mientras que la fábrica de Ansbach, con capacidad de producir 500.000 pares de zapatos al año, ni siquiera operaba en toda su capacidad.
La inversión de Adidas no se desperdiciará, y de los 160 empleos combinados de las fábricas, los que se pierdan probablemente serán en Oechsler, que también ha adquirido una valiosa experiencia fuera de la industria de componentes automotrices, a la que se dedica la mayor parte de su producción. Sin embargo, el cierre del proyecto es una triste noticia para los defensores de la repatriación, que esperan que la mentalidad cambiante del consumidor, la cultura de la gratificación instantánea combinada con el deseo de individualidad, devuelvan la fabricación a Europa y América del Norte.
Según Reshoring Initiative, que rastrea e intenta alentar el regreso de las fábricas a EE.UU., 560 empresas de la industria de la confección y los textiles han trasladado la producción al país entre 2010 y 2018, solo superado por el sector de equipos de transporte. Hay evidencia de un modesto crecimiento de la producción en la industria de la confección en Estados Unidos (aunque no en Alemania).
En algunos casos, mantener al menos algunos procesos de producción cerca del consumidor final ha sido un factor decisivo de éxito. Un ejemplo es Fanatics Inc., un proveedor de uniformes tanto para equipos deportivos profesionales como para fanáticos, que puede producir rápidamente una camiseta con cualquier nombre, número y color de equipo. Otro es Brooks Brothers, que ha transferido el 70% de su producción de trajes a Estados Unidos, principalmente para reducir los plazos de entrega.
La visión de Adidas también tenía que ver con la personalización rápida. Al igual que sus competidores Nike Inc., Brooks Sports Inc. y Salomon SAS, ha estado estudiando la posibilidad de utilizar la impresión 3D para hacer zapatos personalizados. Experimentó con los "Speedfactory Labs" emergentes, donde los clientes podían escanear sus pies para determinar qué tipo de zapato necesitaban. Desarrolló un proceso para imprimir en 3D las medias suelas personalizadas que podrían incorporarse en los zapatos fabricados por las fábricas rápidas. Además, trabajó con los minoristas para obtener comentarios de los consumidores sobre diseños de zapatos "hiperlocales" que serían populares en ciudades específicas.
Sin embargo, la personalización completa no es realmente factible con la tecnología actual. Las zapatillas para correr son mucho más complejas de hacer que las camisetas. Cuando los fabricantes de zapatos escanean los pies, lo mejor que pueden hacer es elegir los elementos de calzado que mejor se ajusten de una lista de los que ya producen a escala. Pero es costoso y difícil incluso a ese nivel. Brooks anunció su "primera zapatilla de correr de rendimiento personalizada", la Genesys, en mayo de 2018, pero aún no está disponible. No hay forma de equipar una fábrica completa de 500.000 pares al año para hacer zapatos a medida que sean lo suficientemente diferentes para el usuario como los que se venden en el mercado.
La personalización, junto con la producción casi inmediata, realmente podrían cambiar la logística de la fabricación de calzado deportivo, especialmente si los precios se acercaran a los de las tiendas. Pero tal como están las cosas, a la mayoría de los clientes no les importa dónde y cuándo se hacen los zapatos para correr. Incluso los corredores relativamente serios pueden arreglárselas fácilmente con un modelo del año pasado (también es más barato) y no se apresuran a comprar el último mientras no sea demasiado el desgaste en el par actual. Los clientes, en otras palabras, pueden esperar a que lleguen sus próximos zapatos desde Asia.
Sin embargo, la historia no tiene que terminar aquí. La experiencia de los fabricantes de indumentaria muestra que la repatriación tiene sentido cuando se combina con la posibilidad de una personalización rápida. Adidas simplemente se adelantó a sí mismo con las fábricas rápidas, y terminó con algunos avances tecnológicos que pueden beneficiar a sus proveedores asiáticos, en lugar de un nuevo y emocionante modelo de negocio. Pero ese modelo aún puede estar al alcance si la industria del calzado para correr descubre cómo escalar la personalización.
Nota Original:Adidas Delays the Future of Running Shoes: Leonid Bershidsky
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